lunes, 15 de octubre de 2012

BERLÍN, RENACE COMO EL AVE FENIX

Recordar aquella Alemania dividida de hace varios años atrás es casi como rememorar un sueño que jamás ocurrió. Y si, porque el país de la buena cerveza ha recuperado su estatus , tanto así que en la actualidad es la zona europea con el menor riesgo económico y el mayor desarrollo en casi todos los niveles.

Berlín, su capital y la ciudad más poblada del país, se ha convertido en un espacio de turismo
muy interesante. ¿Por qué? Porque lo tiene todo: ciudad, playa, río, espacios recreativos, cultura y excelente gastronomía. ¿ Qué más se puede pedir?




Despertar en Berlín: ¿Te viste alguna vez disfrutando de una piscina urbana?

Si viajes en verano, vale decir durante nuestro invierno, puedes seguir la actividad matinal favorita de los berlineses e ir a darte un buen chapuzón a las orillas del río Spree. Un dato no menor es que éste lugar representaba un viejo depósito y torres de vigilancia utilizadas en la época de Guerra Fría. Ahora abandonadas de su antiguo uso, son tomadas como utensilios de veraneo: tomar el sol en los muros, sentarse a disfrutar de la mañana desde uno de los edificios, desayunar o almorzar sobre las arenas que rodean el lugar, o nadar en la piscina echa de un casco de barcaza industrial ( badeschiff) , simplemente no tiene precio! 





Pasa una muy buena tarde llenándote de arte, cultura y deporte.

¿Sabías que en Berlín, los grupos ocupas ( tan poco querido por algunos) ayudaron a levantar el progreso artístico de la ciudad tras la caída del muro?



Tras 1990 muchos edificios quedaron en absoluto abandono como por ejemplo Kunsthaus Tacheles, hoy una tienda pero hace años una prisión nazi. El lugar suena maravilloso tanto por su sonido como por la variedad de cosas que puedes encontrar ahí: laberintos y pasillos adornados minuciosamente con graffitis, clubes nocturnos, cafés, espacios artísticos que no paran y hasta un cine. El Tacheles recibe a más de 400 mil personas por año y está rodeado por tiendas de diseño. Al llegar encontrarás un arco enorme que mediante sus escaleras podrás ir visitando cada uno de sus cinco pisos. Siempre abierto al público es uno de los datos que no debes dejar pasar!


Tempelhof, el ex aeropuerto cerrado en el año 2008, hoy es mucho más que llegada y salida de aviones. Hoy es un hermoso parque recreativo. Como las pistas de aterrizaje están intactas no sería malo arrendar una bicicleta o unos rollers y pasearte por ellas a modo de ejercicio o simplemente para recorrer aquel pasado que en la actualidad pareciera desaparecer por completo. Es más, por la tarde, los berlineses suelen jugar fútbol en sus instalaciones:¿ Qué tal una suerte de revancha mundialista? 

¿Pensabas que los embutidos y la cerveza era lo único que podías encontrar en este lugar?, Te equivocaste!


Deja las salchichas de lado. Para los berlineses ese es sólo un pequeño augurio de la real comida alemana. De todos modos si quieres probar, existen carritos que ofrecen este delicioso producto más papas fritas. Todo servido en una bandeja que te da pie a seguir recorriendo el lugar.

Recomendable es el restaurante Volt, donde podrás disfrutar de la tradicional comida alemana. Acá los platos típicos son la base gastronómica: albóndigas, costillitas de cerdo y morcilla. Todo con un toque moderno que te hará sentir como un verdadero rey o reina según el caso.

En el barrio de Mitre, puedes encontrar otra buena opción para degustar. Weinbar Rutz , es el restaurante preferido para aquellos que deseen probar la cocina gourmet alemana.

Reviviendo los cabaret de antaño.


En Alemania los espectáculos tipo película " Cabaret", fueron un "boom" durante los años 20. Hoy en el Friedrichstandtpalast, representa parte de ese mundo ficticio pero tan fastuoso y entretenido: los show son clásicos y tan atractivos como los de Las Vegas.

¿Cómo llegas a éste neo Berlín?

Fácil, desde Buenos Aires con escala en España. Puedes optar por las líneas aéreas: Iberia British Airwais y Lufthansa. Los precios varían,  pero se encuentran entre los US $ 1.400. Importante: lleva un buen libro y música de tu preferencia porque te esperarán unas 17 horas de vuelo.

Ya llegados, ¿ Cuál es la mejor forma de trasladarse?



El transporte público de Berlín es insuperable. Posee una red integrada de buses, trenes, tranvías, subtes y colectivos. Dato importante: un boleto cuesta aproximadamente unos US$ 3  y un pase por el día alrededor de US$ 8. Los trenes , en su mayoría, transitan toda la noche, los viernes y sábados.

¿Frío o calor?


Si quieres ir en invierno, Berlín tiene un clima que oscila entre los grados bajo cero a los 12°C. Si prefieres el verano, deberás llevar ropa liviana porque podrías tener días donde la máxima supere los 30° C.

PEQUEÑOS "TIPS" BERLINESES

Paseos: 
  • Museo DDR ( Allí podrás encontrar vestigios de cómo era la vida en la ciudad durante el régimen de Alemania del Este. Entrada US$ 8).
  • Altes Schloss ( Es la parte más antigua del palacio Charlottenburg. Posee jardines ideales para hacer picnics. Entrada US$ 15, con cierre los días lunes).



Hoteles: 
  • Ostel ( Con decoración retro y accesorios Vintage que hacen rememorar a la antigua Alemania. Camas desde US$ 18).


  • Nhow ( Posee cuartos hipermodernos y en él podrás tener acceso a instrumentos musicales si es que los quisieras. El patio da al río Spree. Costo: desde los US$ 205).


  •  Mandala Hotel ( Si lo tuyo es el lujo puedes acudir a éste lugar: uno de los mejores hoteles de la ciudad. Con suites minimalistas y un restaurante de excelencia. Posee además un muy buen bar. Costo: desde los US$ 300).



Bebida: 
  • Perlin ( En éste bar puedes pedir una copa de vino blanco por unos US$ 3).
  • Haifischbar ( Es un lugar muy apetecido por el público. Los tragos van desde los US$ 8,50).
  • Torre de TV ( Es un bar que se encuentra en lo alto. En él puedes disfrutar de una vista panorámica de la ciudad mientras bebes un rico cóctel. Entrada : US$ 15, Tragos: desde los US$ 9,50).



Ya ves, Berlín es una muy buena opción para disfrutar de un destino internacional. Si tienes la posibilidad, no puedes perdértela.

Fuente: Lonely Planet Magazine, septiembre 2012.


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